El procesado y envasado de alimentos a gran escala requiere del empleo de maquinaria especializada como agitadoras, bombas, mezcladoras, tanques, cadenas y bandas transportadoras, embotelladoras…. Estas maquinarias indispensables en los procesos de transformación tienen las mismas necesidades de lubricación que las de cualquier otro sector industrial y necesitan lubricantes que ofrezcan la protección necesaria para controlar la fricción, el desgaste, la corrosión, el calor, etc. 

Adicionalmente, determinadas acciones dentro de la industria procesadora de alimentos requieren que el lubricante resista la degradación y mantenga su eficacia en contacto con alimentos, agua, bacterias y determinados productos químicos que forman parte del procesado. 

Como es lógico, la industria alimentaria exige también que los lubricantes empleados en sus instalaciones cumplan unos estrictos requisitos de seguridad sanitaria, para evitar que una posible contaminación accidental se convierta en un peligro para la salud pública.  

En este punto, es fácil que un cierto nivel de contaminación se produzca por pérdidas o goteos en circuitos de cintas transportadoras, engranajes, rodamientos, cadenas, etc. El empleo de lubricantes de grado alimentario es la solución más segura y económica en estas circunstancias, ya que evitan completamente los riesgos químicos asociados a la potencial contaminación por lubricante en los productos procesados. 

Los requisitos de homologación y certificación de los lubricantes de grado alimenticio son evaluados con rigor por la NSF estadounidense (National Sanitation Foundation), quien clasifica a los lubricantes grado alimenticio en tres categorías, según la probabilidad de entrar en contacto con los alimentos: 

  • Lubricantes H1 son grado alimenticio y se emplean en ambientes donde se procesan alimentos y donde existe la posibilidad de contacto incidental con los alimentos. 
  • Lubricantes H2 son usados en equipos y maquinarias donde no existe la probabilidad de que el lubricante o superficie lubricada entre en contacto con el alimento. No pueden contener intencionalmente metales pesados como antimonio, arsénico, cadmio, plomo, mercurio o selenio. De igual forma, en su composición no pueden incluir sustancias cancerígenas, mutágenas, teratógenas o ácidos minerales. 
  • Lubricantes H3, también conocidos como aceites solubles o comestibles, pueden ser usados para limpiar y prevenir la herrumbre en ganchos, transportadoras y equipos similares. 

En este tipo de industria es un aspecto crítico para la seguridad de los alimentos y el buen mantenimiento de la maquinaria, conocer las diferencias entre las diferentes clases de lubricantes y seleccionar el lubricante correcto para cada tipo de sistema, instalación o proceso. 

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